
Sangran las nubes un llanto con son de blues y metáforas de imposibles, boleros descomponen la carta de presentación que no acierto a concluir y entre tanto el tiempo huye acelerado dejándonos arrugas y otros gestos, embaucándonos con ternuras de escaparates mientras que, los trenes viajan a velocidades extremas como esos amores que se cuelan en la agenda sin orden ni permiso.
Y aquí me hallo, entre el esqueleto de la noche, lloviéndonos por dentro y mojando la sed voraz que acarrea el desierto de los días.