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martes, 24 de enero de 2017

Regalarte despertares

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Ahora que lo intento con todas mis fuerzas, las que conozco, las que intuyo y las que deseo. Ahora que tropiezo con el cristal opaco de las negativas, que me diluyo entre los resbaladizos surcos del naufragio, que terminan los días bajo un rumor de silencio estéril, pienso en ti. Alma de mi alma. Espejo amable donde siempre me reconozco. Ahora, aun en las frases mudas te siento cerca, muy cerca. Noto tu aliento de años vividos y deseos por cumplir, siento la magia de ilusiones que atesoramos como estigmas que nos confirman como lazos infranqueables de un principio y un final sin fisuras; unido por la flecha bidireccional de la vida. 

Ahora que quiero ser tu, se me abre la caja del amor y se me dispara esta inmensa entrega hacia quien me dio la luz. De tus fallas aprendí, bebí de tu bondad y crecí en la fortaleza abundante de tus miradas. La dulzura del tiempo, los malos tragos, las ruinas y los zarpazos de un destino casi siempre incierto y tu entrega sincera son mi baraja de infinitas razones para emularte. Quiero devolverte lo que soy, ser de nuevo la niña que fui, llorar abiertamente junto a tus ojos grandes, saborear la ternura de tus momentos y multiplicar los eslabones de esta cadena abierta que comienza en ti para añadir y sumar nuevos gestos, acentos, travesuras, risas y amaneceres.


Quiero regalarte despertares de azúcar en tazones bonitos y olores sellados con la ausencia de malicia y perfilados con los matices serenos del origen. Ahora quiero repetirme por ti. Desnudarme en miniatura y abrirme de par en par para ofrecerte el anhelo de mis sueños. Llorar con el ahogo alegre de tender mis manos a tus manos; recompensa de nuestra agotable historia. Leerte en el callado aire el poema que llevo dentro con palabras ahogadas que tiene nombres y camina rondando mis noches desiertas. Ahora todo es nada. Es poco el abono de esta tierra donde no crecen flores. Mi espera es tu espera. El sabor de acero de mi boca recorre la tuya y los venenos sueltos se intercalan por entre las nubes de la noche para trazarnos caminos largos y estrechos. Ahora tuyo es también este sentimiento de angustia y días detenidos.

Sobre la pérdida, 2005.

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